viernes, 10 de junio de 2016



Dentro de los grupos más expuestos figuran los niños y los adolescentes porque su edad no les permite distinguir las intenciones de los mayores.

Aunque el adolescente ha pasado ya la etapa de la infancia, donde la falta de criterio al seleccionar la oferta televisiva ocasiona los mayores problemas debido a que el niño aprende por imitación, no deja de ser vulnerable a los mensajes de la televisión, porque se encuentre aun en una etapa de crecimiento.

El adolescente ya distingue la realidad de la fantasía pero aún no tiene un criterio sólido y una posición personal frente a las cosas que lo hace fácilmente influenciable. Por esta razón asume nuevas actitudes y comportamientos, buscando siempre una imagen de sí mismo que se ajuste más a su idea del comportamiento de los adultos.

Es aquí donde la televisión puede influir, presentando una falsa vida de los adultos, con fuertes dosis de hedonismo y violencia, de amores imposibles, buenos y malos, justicias e injusticias, ambición, barreras de clases sociales, intrigas, venganzas, infidelidades, mentiras, etc. Pero con muy poco amor auténtico, responsabilidad y madurez. Como ejemplo tenemos las películas de acción, las dramatizaciones o ciertas mini series que tratan temas con demasiada crudeza, denuncian ciertas desviaciones de la conducta humana o cuestionan circunstancias o situaciones particulares de la sociedad o de la cultura que percibe el tele vidente adulto sin ser afectado pero que pueden desorientar al joven porque las situaciones para ellos no son claras.



ya que la reiterada observación de escenas violentas en TV, repercute sobre la agresividad del niño, que comienza a registrarse ya a partir de los tres años de vida. Hay numerosos estudios que confirman que el alto índice de violencia televisiva interviene como factor importante en la determinación de las conductas masculinas y femeninas.

Cuanto mayor sea el tiempo de exposición a programas televisivos violentos, mayor es el riesgo de asociación de conductas violentas en niños y adolescentes.




los alumnos que ven más de dos horas diarias de televisión obtienen rendimientos escolares más bajos. La causa de este hecho se debe al retraso del proceso madurativo y a una menor capacidad de abstracción, cuando existe abuso televisivo desde la edad preescolar. La UNESCO ha llamado la atención de que el uso indiscriminado y masivo de la televisión, puede resultar peligroso para el aprendizaje del niño, ya que aumenta la pasividad intelectual, le aparta del trabajo escolar y limita su creatividad.




Muchos adolescentes igualan el mundo real con lo que ve en televisión, y como resultado de ello se produce las relaciones sexuales desde muy temprana edad y de manera precoz, y esto trae a consecuencia  un incremento del porcentaje de embarazos y enfermedades de transmisión sexual.  

La televisión se ha constituido como agente exclusivo de educación sexual, y el sexo es utilizado para vender cualquier cosa, desde un jabón hasta un auto.

Algunas recomendaciones a los padres de familia son que supervisen a sus hijos , Seleccionen los programas cuando los niños son pequeños, y hacerlo conjuntamente cuando son mayores, no dejar ver  a los niños más de dos horas diarias de televisión, niños menores de dos años no deberían ver televisión, hacer comentario y críticas sobre los programas, entre muchas cosas más.




  Medios Masivos: son los conocidos como medios en masa porque llegan a la población de forma masiva. Pueden producir cambios culturales a gran escala, tanto positivos como negativos.     

 Medios Auxiliares o complementarios      

 Medios Alternativos

Aquí hablaremos de los medios masivos porque son los que más afectan a los adolescentes. Los Medios Masivos a la vez se dividen a la vez en:

Televisión

Radio

Periódico y Revistas

Internet
Cine

La transmisión de valores es uno de los aspectos más importantes en la vida de una persona. Aunque los valores se inculcan ante todo en el núcleo familiar, el adolescente los aprende en todo lugar o ambiente donde emplee su tiempo. También espera encontrarlos en la televisión por ser el que más fuerza e impacto tiene sobre las personas. Para el adolescente la difusión por televisión de ídolos reales como Maradona y Britney Spears lo hace caer fácilmente en lo ordinario, vulgar y lo lleva a defender conductas desvergonzadas. Y se crean hábitos más “modernas” e “informales”.

El problema está en la forma como la televisión presenta los valores al adolescente. Los ejemplos y modelos a seguir (mujeres semis desnudas, la utilización de vocabulario no adecuado, la presencia de jóvenes que escapan de la escuela para irse a divertir, entre otros) son en la mayoría de los casos nocivos para una mente y espíritu en desarrollo. Las actitudes, las opiniones o comportamientos que se transmiten por televisión no siempre ayudan a dignificar a la persona, sino que la ridiculiza, degradan o someten, entonces se habla de difusión de anti valores.

Los padres de hoy tienen la difícil tarea de asegurarse que sus hijos puedan disfrutar de los medios digitales mientras los protegen de contenidos nocivos, incluyendo juegos, sitios web y anuncios que promueven imágenes corporales saludables.

- Comenzar lo antes posible. Los estudios sugieren que los niños de tan sólo cinco años de edad pueden sufrir efectos negativos por los mensajes mediáticos.

- Educarlos en la alfabetización mediática.

- Fomentar el pensamiento crítico cuando se trata de ver cómo los medios de comunicación retratan a los niños y las niñas.

- Practicar la co-visualización y buscar momentos de enseñanza en los que poder discutir las representaciones irreales de los personajes en televisión e Internet.

- Ser un buen modelo a seguir. Ejemplificando con su hijo adolescente lo que significa tener un aspecto e imagen corporal saludable.

-Bloquear los sitios web y las aplicaciones que desalientan tener una imagen corporal saludable




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